El simbólico festín de la hoja impresa

Por María Inés Vargas

Libros y pandemia

Hemos vuelto a una relativa normalidad tras la pandemia. Ahora la vemos con una distancia que nos permite darnos cuenta de que, más que cambios, trajo consigo ciertos develamientos y certezas. Descubrir, por ejemplo, que nuestro sistema de salud estaba peor de lo que imaginábamos (porque sabíamos que estábamos mal pero nunca tanto). Confirmar, por otro lado, que la tecnología digital se ha consolidado como una herramienta insoslayable en diversas dimensiones de acción: información, comunicación, almacenamiento de datos, relaciones sociales, entretenimiento, mercadotecnia e, incluso, arte.

Por eso mismo, los aficionados a la lectura, al no poder acceder al tiraje impreso de algún libro durante la pandemia, consideraron seriamente el prescindir de la hoja física para mudarse a la experiencia digital. En muchos casos, esto ha significado una especie de resignación, pues las sensaciones táctiles y olfativas que un libro nos ofrece no tienen punto de comparación con el uso de aparatos electrónicos. Entre los soportes para una lectura digital, los celulares, las tabletas y los Kindles —este último entre los más sofisticados— no pretenden, por supuesto, reemplazar ninguna vivencia previa, sino más bien despertar la novedad; sin embargo, en una cantidad notable de usuarios que los consideran de naturaleza fría solo despiertan la nostalgia.

Lo que pasó con la Colección Dramaturgia Joven

La pandemia redujo drásticamente la producción y circulación del libro físico en favor del libro digital. El segundo número de la Colección Dramaturgia Joven (Fondo Editorial ENSAD) se pensó anticipadamente para ambos formatos. El contenido digital podría circular de forma gratuita en provincias y en el extranjero, mientras que los ejemplares físicos rotarían por Lima para ese público objetivo amante de acariciar el papel impreso. Dramaturgia joven III no corrió con la misma suerte. Este libro que reúne las obras ganadoras del Concurso de Dramaturgia ENSAD 2021 tuvo una planificación cuyo presupuesto solo le permitió la circulación digital, la cual se presentó en febrero de 2022.

Pero ha pasado el tiempo y por esos azares del destino y para felicidad de quienes todavía abrazamos la analógica predilección por el libro que podemos abrir, cerrar, anotar, llenar de post-its y separadores, a finales del 2022 se pudo imprimir Dramaturgia joven III, que ahora presentamos como novedad editorial. Así continuamos con esta colección que reúne obras ganadoras.

Desde el Fondo Editorial de la ENSAD les invitamos a revisar los libros Dramaturgia joven II y Dramaturgia joven III, disponibles en formato digital a la distancia de solo un clic, pero que también se pueden adquirir en formato físico, escribiendo al correo fondoeditorial@ensad.edu.pe. Una maravillosa noticia para sumarnos al imperecedero y simbólico festín de la hoja impresa en compañía de estas obras premiadas, dueñas de universos de representación muy significativos para nuestra realidad social y humana. ¡Buen viaje dramatúrgico!

Comparte este artículo

OTROS ARtículos

Subjetividad e identidad del sujeto amazónico en la obra Ino Moxo (2016) del grupo de teatro Íntegro

«Ino Moxo» (2016), una obra teatral del grupo Íntegro, desafía el canon teatral limeño al explorar la identidad y subjetividad del sujeto amazónico. Inspirada en la novela de César Calvo, la obra se presenta como un ritual escénico que integra artes plásticas, música y danza para expresar un conocimiento colectivo arraigado en las prácticas espirituales amazónicas.

Leer más

El cine de Armando Robles Godoy: el caso de Espejismo

Armando Robles Godoy (1923-2010) fue un destacado cineasta y periodista peruano. Nacido en Nueva York, se trasladó a Lima a los 10 años. Después de estudiar Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, cambió a la Facultad de Letras y luego incursionó en el periodismo, escribiendo para el diario La Prensa.

Leer más